a las once y media de la noche
aquí estoy, sentado frente mi confidente.
Empiezo a sentirme como Doogie Howser,
aquel niño médico que escribía la moraleja del día
en su pc.
hoy, las horas transcurrieron sin novedad,
afortunadamente los tragos de lágrimas invisibles
que tome ayer por la noche, no tuvieron efectos secundarios,
no cruda, ojalá así fuera en otras ocasiones donde el alcohol hace de las suyas.
poco a poco mi mente y mi corazón van asimilando que ya no estarás,
y es que al principio no tuve ni tiempo para asimilar el adiós,
hay días que te extraño, hay otros que no.
ahora algo me dice que serás más feliz.
te lo mereces.
ahora ya son las 12 en punto
¿qué me traerá el sol mañana? o ¿acaso será la luna?
no lo se, solo espero seguir con vida y volver a escribir
una vez mas.
1 comentarios:
hola mike...muy tristes tus relatos jajaja no te creas... se ve que estabas inspirado!!! y bastante tomado jajjaa
cuidate
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